En esos días, miles de recuerdos se agolparon en mi mente. Me ví desde cachorro cuando tú, mi querido amo, me rescataste de ese lugar frio y sucio en donde por última vez vi a mi madre, a la que casi no recuerdo. Me llevaste a casa; todos me recibieron con mucho cariño, ¡hasta me subían a las camas! Y así fui creciendo, rodeado de mi familia, ¡que era todo y lo único que tenía! Y conocí contigo la lealtad y la felicidad de tu compañía.